agosto 12, 2014

trece años después del dos mil

despertar al año que empieza el noveno día
con el primer sorbo de café
olvidarse del tiempo
o recordarlo cada vez que se lo olvida

encontrar que hay espacio en las palmas
en las yemas
en las células todas

y saber, casi por defecto, que pesa la hoja en blanco
la vereda ancha
la soledad que se acentúa cuando el sueldo se evapora
y no hay calle, ni amigos, ni cervezas
y no queda otra más que escucharse

que hay soledades y soledades
las placenteras, las ansiosas
las ansiosas
las ansiosas

que alegran y entristecen los algarrobos
su sombra solitaria
su estoicismo
toda su fuerza contenida
y la belleza que sólo entregan al sol



09.01.13










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